Érase una vez, en la ciudad de Medellín, en el año 1999, había un colorido centro educativo llamado CONDUCIENDO LA NIÑEZ que enseñaba a los niños y niñas a desarrollar superpoderes. Muchos superheroes se han formado en su seno y desde entonces los estudiantes han aprendido a dominar el arte de la pintura, la música, los idiomas; las ciencias naturales, las ciencias sociales, las matemáticas; y sobretodo, la magia de la tolerancia, la diversión y el juego.